sábado, 3 de mayo de 2008

Ha muerto Ramón de la Encarnita del Castillo

Mi abuela materna: Encarnación, vivía en un lugar conocido como El castillo (una casa hermosísima) en lo que en aquella época eran las afueras de nuestro hermoso pueblo: La Zubia.

Mi abuelo tenía una yunta de bueyes y una borriquilla para llevar los aperos de labranza. Todo el barrio había probado las patatas fritas de Doña Encarnación, si una vecina tenía que ir a un mandado le decía: Encarnación, aquí te dejo mis niños… Y ella encantada. A Encarnación no les estorbaba nadie…

Tenía un aljibe y prefería quedarse ella sin agua que negarle el agua a algún vecino. Mi abuela Encarnación era cariñosa, bondadosa y guapa y mi abuelo José era igual pero más callaíco y quería mucho a mi madre porque ella lo quería mucho a él, le ayudaba en las tareas del campo y parecía aquella niña yuntera del poeta del pueblo que decía:“contar sus años no sabe/ y ya sabe que el sudor/ es una corona grave/de sal para el labrador”.

De aquí sale la hija de Encarnación y José: La Encarnita Del Castillo, maestra de taller en La Alpujarreña (fábrica de tapices de La Zubia) durante toda su juventud. Duro que ganaba, duro que entregaba a la familia. Encarnita Del Castillo, conocería el sufrimiento cuando su hermano Juan (yo me llamo Juan por mi tío Juan) se muriera a los 27 años. Y para más INRI en el mismo día que tenía prevista su boda moriría su buen padre.

Para su boda se había comprado, La Encarnita Del Castillo, un abrigo azul cielo: precioso… y tuvo que tintarlo de negro por la muerte de su padre.

A los 9 meses del aplazamiento de la boda nacería Ramón Iáñez Peña y nació con un defectillo: su mano izquierda sólo contaba con dos pequeños dedos. Mi abuela Encarnación y mi madre lloraron mucho y vislumbraron para su RAMONCITO un futuro diferente al de un niño yuntero que pareciera ser su destino por origen social humilde y campesino.

Encarnita Del Castillo llevaría a su hijo a los 4 años a Don Diego, un buen maestro y aún mejor hombre, que no lo matricularía en su escuela por su corta edad pero sí lo acogería y le dijo a mi madre: “si viene el Sr Inspector puede salir corriendo por el patio y que se quede con mi mujer como si fuera nuestro propio hijo…

A los 7 años RAMONCITO de la Encarnita Del Castillo se va con sus padres a un cortijo de Jaén: hace de tractorista, jornalero,… y realiza todos los trabajos del campo sin que nadie le moje la oreja, como se decía en la época. Pues todos se sorprendía que fuera siempre el primero en todo y nunca le pesara el esfuerzo.

Encarnita Del Castillo hablándolo con el señorico del cortijo deciden enviarlo como alumno interno en el Ave María de Granada, después pasaría por el Instituto Virgen de las Nieves (fue alumno muy laureado) y por último termina Ingeniería en la Universidad Laboral de Córdoba. Nunca dejó de aprender. No había día que no le llenara de asombro y de sorpresa por la maravilla de estar vivo y poder compartir todo con cualquiera.

En los períodos de vacaciones se fue de emigrante. Y trabajó en Alemania hasta en la factoría de automóviles Mercedes-Benz, en Basilea (trabajamos los dos en el restaurante del hotel “Eulen Venn”de cinco estrellas y él con su defectillo y todo, trabajaría de jefe de rango). El verano siguiente trabajaría en Ibiza, en Santa Eulalia, en el hotel Sargamasa de la cadena Meliá. Y duro que ganaba, duro que entregaba a la familia, pues los otros hermanos tenían que sacar carrera… ¡Y vaya que sí la sacaron! De sus laboriosos esfuerzos salió un ingeniero, un maestro de escuela, un abogado, una enfermera, una profesora de inglés licenciada además en Pedagogía y un aprendiz de filósofo.

Ha trabajado tanto que posiblemente por eso la vida, le ha sido tan corta. Pero, quizá, nadie podrá creer que en sus 54 años haya podido sembrar tanto bien sobre la faz de la Tierra. Su amable sonrisa permanecía imborrable hasta en el último momento de su inagotable energía vital.

Empezaría su vida laboral ya como Ingeniero Industrial en Barcelona en “ATISAE” y allí conocería a una mujer firme y encantadora, a Irene Margarita Chemisana Labrib otra “Laboral” de los pies a la cabeza (Universidad Laboral de Zaragoza), pero más callaíca y tienen dos soles de sobrinos: Pablo Ramón Iáñez Chemisana (un futuro y brillante aparejador) y Javi Iáñez Chemisana (un futuro y amable fisioterapeuta), ellos nacieron en La Zubia porque toda la ilusión de él era hacer familia y estar con la familia y por ello se montaría por vez primera la delegación de Andalucía Oriental de “ATISAE” en Granada.

Trabajó desde entonces como Inspector técnico, Perito fiscal y muchos camioneros recordarán de manera inolvidable su buen hacer pedagógico cuando impartía sus geniales cursos de mercancías peligrosas. Yo asistí a uno de esos cursos, que impartió en Melilla, y la verdad es que terminaba uno aprendiendo los contenidos de una forma magistral y divertida.

Mi madre, la Encarnita Del Castillo, de 86 años y ciega por un puñetero glaucoma, pero mujer de luz, se tiró anoche toda la noche recordando a su RAMONCITO y a altas horas de la noche trasteaba en los cajones de la mesita. Al rato le pregunté que qué buscaba y me dijo que un rosario blanco. Yo se lo busqué y no encontré ningún rosario blanco, pero sí..., sí había uno metido en una cajita blanca, se lo di y estuvo toda la noche pidiendo Luz eterna para su RAMONCITO y preguntando qué dónde está su hijo. Que Dios le dé gloria eterna a mi hermano: Ramón de la Encarnita Del Castillo ... Y mucha vida a mi madre: la Encarnita Del Castillo.

Foto del 3 de Noviembre de 2007 en los actos de celebarción del Cincuentenario de nuestra querida Universidad Laboral de Córdoba (pulsar en la foto para ampliar)

Asociación Universidad Laboral de Córdoba
Juan Iáñez Peña

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, buenos días.
Me llamo Angel Molina, de una edad similar a la vuestra, y tenía una estrecha amistad personal con Ramón, a quien conocí en Barcelona hacia 1976, adonde había acudido para iniciarse en el mundo laboral, comenzando a trabajar al poco tiempo con ATISAE, todavía presente en el mercado de las OCA’s. Unos años después, hacia 1982, Atisae encomendó a Ramón la puesta en marcha de su delegación en Granada con responsabilidad sobre el resto de Andalucía Oriental, volviendo con este motivo a su tierra de donde ya no se movió como delegado de varias OCA’s. El era de La Zubia, a pocos kilómetros de Granada, donde se estableció en una vivienda cercana a la de sus padres.

Mi relación-atracción por Ramón nace de su extraordinarios valores humanos. Con el tiempo llegué a conocer a toda su familia, lo que acrecentó aún más mi amistad y admiración por todos ellos, en especial por los padres, una humilde familia numerosa de cuatro hijos y dos hijas a los que a todos dio carrera con su trabajo como peón o aparcero agrícola que, visto en la perspectiva socioeconómica de la España de la época, década de los 60, sin las becas ni las ayudas de hoy, se me antoja de una enorme abnegación y heroicidad de los padres, a los que sin duda alguna secundaron todos los hijos con su interés y aplicación por los estudios.

Con motivo de esta especial amistad con Ramón, con el tiempo iría conociendo a mas muchachos que pasaron con él por la Universidad Laboral de Córdoba, con los que él mantenía igualmente una estrecha relación y profunda amistad. No me extraña en absoluto este especial vínculo. La edad que teníais en esa época anudaba grandes vínculos que, por muchas más razones, permanecen indelebles en el tiempo. La posibilidad de ir a estudiar a la capital en esa época de nuestras vidas, incluso a otras provincias como vosotros y yo mismo –yo me inicié con los Hermanos Maristas en Granada, en lo que entonces se llamaba un “juniorado”-, era un azaroso privilegio de la época y una singladura hacia lo desconocido que sólo puede entenderse desde la inconsciencia de una temprana edad y la avidez de quienes imbuidos de altos valores generacionales se abrieron inciertamente a un mundo todavía en penumbra que era la España de la época. Así pues, también he conocido a Federico Murciano con el que mantengo una estrecha amistad, otro gran tipo humano de indeclinable abnegación y poderosa voluntad como Ramón, hoy ingeniero aeronáutico y economista residente en Pozuelo de Alarcón, Madrid, pero natural de un pequeño pueblo de Teruel; también he conocido a Juan, cuyo apellido no recuerdo, originario de un pequeño pueblo de Badajoz y, todo ello, por su gusto y especial querencia personal de tenerlos siempre espiritualmente cercanos, reuniendo en Granada, en 2006, a cuantos pudo y pudieron asistir de vosotros a su Bodas de Plata matrimoniales, porque también tuvo la dicha de tener consigo a Irene, una gran mujer.

Naturalmente, de mis innumerables conversaciones con él sabía de su orgullo y enorme satisfacción de su paso por la Universidad Laboral de Córdoba, y también de los estrechos lazos de amistad permanente que había anudado con vosotros, de los que me consta subsisten entre otros grupos vuestros.

Nuestra generación y aventura vital, forjada en su mayor parte con el fruto de un enorme esfuerzo personal y abnegación familiar, tiene valores que se contenían fiel y distintivamente en personas como Ramón y Federico, por poner dos ejemplos que conozco directamente, lo que muy pronto atrajo vivamente mi atención sobre ellos y, de ahí, mi estrecha amistad y admiración por ellos.

Por ayer a la tarde, al momento de escribir en vuestra webs, sentí la necesidad de decir algo de él justamente porque ya sentía el vacío de su falta, de modo que entré en internet y deletreé su nombre y apellidos suponiendo que sólo podría aparecer en relación con el trámite de algún expediente administrativo de Industria, pero no, apareció vuestra webs relacional e inmediatamente me acordé de su querencia por la Uni y de los vínculos personales que aún mantenía con muchos de vosotros, de modo que pareció necesario informar su fallecimiento.

Si para ese especial recuerdo “in memoriam” precisaras alguna información adicional o coordenadas de cualquier tipo, contactos con la familia, etc., te ruego me contactes por este medio y al instante haré todo lo que esté en mi mano, porque además le rendiremos de este modo un reconocimiento de gratitud a su familia, muy especialmente a su ancianos y desconsolados padres. Ningún hecho en mi vida me ha impresionado tanto como el súbito fallecimiento de Ramón, que en paz descanse.

Recibe un cordial saludo de otro sentido amigo.
Angel Molina. Granada. Tno 607.92.25.26

miguelángel dijo...

Muchísimas gracias por tus palabras en momentos tan desoladores como los que estamos sufriendo or la pérdida de un ser tan extraordinario como insustituible...

Ivonne de Cáxar dijo...

Ramón:

Aquí estamos Luís y yo para darte el “Adiós”… ese “A”, “DIOS”, y que en ÉL estés.

Gracias a ti nos conocimos, Luís y yo; gracias a tu apoyo, voluntad y fe, fuimos caminos que en lugar de estar cruzados, aprendimos a caminar paralelos.

Asististe a nuestra boda íntima, a la boda en Córdoba y a la del festejo en Monachil. También asististe, por última instancia durante mi convalecencia hospitalaria, tras la ultima… o penúltima cirugía, presenciando y animándome ante el dolor.

¡¿Sabes algo amigo?!... Anoche soñé con la Dama de la Guadaña y premonitoriamente por fin entendí, que ella se oculta tras la capa oscura de la noche, y la creemos vieja, pero no es vieja, sólo es anciana cargando su vivir y deambular; y ese arma que corta con su filo, el fino hilo que separa la vida de aquí, de la de allí.

¡Si!; creo en el allá… y creemos en que se continua presente, y que los seres que queremos entre ellos los amigos: NO SE VAN, prevalecen en la memoria perenne de ayer, hoy y siempre.

Si estuvieras, tendríamos una larga disertación sobre el “allá” y el “aquí”, y seguro, seguro, acabaríamos riendo con una de tus salidas o entradas.

Viviste como gran hombre, hijo, hermano, esposo y padre, como gran jefe y amigo. Te mantendremos fresco en la memoria, y, “allá”… por allá de los “ende, días o mares… “tiempo – atemporal; espacio del cosmos eterno y en movimiento”… por “allá”, nos encontraremos, AMIGO…

Luís se queda en silencio, agazapando sus brazos, guardando ese último abrazo que le hubiera gustado darte, y yo, me quedo atónita y con mis palabras revoloteando como mariposas. A ti y a los tuyos todos, siempre estaremos para dar la palabra, para brindar un verso, y para entregar el apoyo de amigo o amiga. Aquí quedamos en este tren del que tú ya te “apeaste”.

En mis manos un adiós y en mis labios un “AMIGO TE QUEREMOS”,”NOS VEREMOS…. ALLÁ”.


Luís Molina e Ivonne Sánchez Barea

1 de Mayo del 2008
8
=INFINITO

Ivonne de Cáxar dijo...
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Pedro Martínez y F Javier Domingo dijo...

Mi mas sentido pésame a las familias Iáñez y Peña, en especial a tí Miguel Angel que te conocí y recuerdo como un buen hombre. Leo cómo has crecido intelectual y afectivamente y cómo has sido fiel a tus principios. Te leo y te recuerdo. Conocí alguno de tus hermanos, cuando te visitaban en la laboral, no sé si era Ramon.
En cualquier caso descanse en paz.
Me llamo Francisco Javier Domingo Zambudio y fuimos compañeros en el CEI de Málaga.
Un saludo camarada (Me impresionaba tu impresionante conviccción marxista)